lunes, 20 de junio de 2016

La importancia de la enseñanza del inglés para la educación bá­sica es que los estudiantes obtengan los conocimientos nece­sarios para participar en prácticas sociales de lenguaje orales y escritas con hablantes nativos y no nativos del inglés mediante actividades específicas con el lenguaje. En otras palabras, a tra­vés de actividades que conllevan la producción e interpretación de diversos textos orales y escritos –de naturaleza coti­diana, académica y literaria–, los estudiantes serán capaces de satisfacer necesidades básicas de comunicación en diversas situaciones ordinarias, familiares y conocidas.
Por ello, es preciso que aprendan a utilizar el lenguaje para organizar su pensamiento y su discurso, para analizar y resolver problemas, y para acceder a diferentes expresiones culturales propias y de otros países. Asimismo, es esencial que reconozcan el papel del lenguaje en la construcción del conocimiento y los valores culturales, y desarrollen una ac­titud analítica y responsable ante los problemas que afectan al mundo.
La competencia en una lengua extranjera no se logra me­diante la simple ejercitación, la exposición a la misma y el paso del tiempo. Por el contrario, requiere de una serie de experiencias individuales y colectivas que involucren diversas maneras de participar en intercambios orales, en la lectura y escritura de textos.
La escuela, cuya responsabilidad es mayor en el caso de los alumnos que provienen de comunidades menos escola­rizadas y con escaso o nulo contacto con la lengua adicio­nal– debe proporcionar las condiciones necesarias para que los estudiantes participen en dichas experiencias, alcancen progresivamente la autonomía en su trabajo intelectual y sean capaces de transferir lo que aprendieron a situaciones de comunicación extraescolares.

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